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El Seguro, 37 siglos de Historia. Los origenes del sistema de transferencia del riesgo (página 2)




Enviado por Eliezer Portal



Partes: 1, 2

Funcionan bajo el concepto que la cedente deba pagar
todos los siniestros producidos hasta el deducible (prioridad)
convenido en el tratado. Originan por su parte otros dos tipos de
contratos:

c.1 Exceso de Pérdida
Catastrófica

Para cubrir riesgos que entran en esa
denominación porque afectan a un gran número de
personas e instituciones al mismo tiempo, como los terremotos,
tsunamis, huracanes, granizadas, nevadas, derrumbes, vientos
huracanados, etc.

A través de estos contratos también se
cubre la eventualidad de hacer frente a grandes pérdidas
derivadas de actos sociales, como las huelgas, conmociones
civiles, terrorismo, etc.

En este tipo de contratos resulta muy difícil
para la cedente calcular el monto que podría estar en
riesgo ante, por ejemplo, un atentado terrorista como el de las
Torres Gemelas de Nueva York.

La respuesta a esa duda fue el contrato de Exceso de
Pérdida Catastrófica en que el reasegurador
responde a la cedente por el exceso de un monto determinado,
llamado "prioridad" hasta un monto mayor, o sea, el límite
de la cobertura.

c.2 Exceso de Pérdida Operativa

Mejor conocido en todas partes como Working Excess of
Loss, WXL, que funciona igual que el anterior; es decir, se
reasegura un siniestro hasta la cantidad en que exceda de un
monto establecido hasta un monto máximo, pero se aplica en
cada riesgo, de forma individual.

Resulta conveniente alternativa a los anteriores porque
se permite pagar un anticipo de una prima mínima de
depósito, y cuotas a pagar durante la vigencia, pero el
tratado se aplica desde el primer día. Incluye una
cláusula de "reintalación automática", que
obliga a la cedente a pagar una prima cada vez que cobre un
siniestro.

Este contrato hizo perder mucho dinero a nuestro mercado
porque sus exigencias técnicas son muy variadas y
cualquier error de la cedente en el cálculo de la tasa a
cobrar por la suscripción del riesgo determina una
pérdida en sus operaciones.

Es especialmente riesgoso en mercados que registran una
alta tasa de competencia por rebajar las primas y atraer cartera,
algo familiar para los aseguradores peruanos de los
últimos tiempos.

VII. LA EMPRESA
DE SEGUROS

Como es válido hacer comparaciones
podríamos definir a las compañías de seguros
como "almacenes de riesgos"* Esos "almacenes" están
divididos en secciones y cada una de ellas tiene sus propios
contenidos.

Veamos ahora como se llena un
"almacén".

El riesgo que las compañías de seguros
aceptan cubrir con sus capacidades es el denominado "riesgo
puro"; esto es, aquel que no es especulativo, en el que no se
presenta la alternativa de ganar o perder, como en el juego de
dados, las carreras de caballos, la lotería,
etc.

El riesgo puro tiene la característica definida
de pérdida como su esencia. Quiere decir que ante un
riesgo inevitable, como el de la muerte, no existe la posibilidad
de ganar. Todos vamos a morir en algún momento de nuestras
vidas.

Esta regla, sin embargo, tiene alternativas según
las características del riesgo. El manejo de esas
características, sus condicionantes, sus gradaciones y sus
consecuencias son materia de una especialidad dentro de la
Teoría del Riesgo que se conoce como Administración
de Riesgos, o Risk Management, en inglés.

Los fundamentos y demás características
que hacen de la Administración de Riesgos una especialidad
que requiere de estudios muy extensos y especializados
serán examinados a la luz de otros cursos en este mismo
ciclo, pero para nosotros será importante saber que es a
través de la Administración de Riesgos que se
enriquece el contenido de los "almacenes" de nuestra
comparación.

¿Cómo se hace?

Primero que nada identificando el riesgo. Luego,
conociendo sus características, estableciendo su potencial
para causar un daño económico determinado y
calculando el costo que requeriría su reparación o
rehabilitación.

El mismo proceso de análisis de las
consideraciones del riesgo, conduce a las medidas que
deberían asumirse para evitar que tales daños
terminen por destruir un esfuerzo empresarial, un emprendimiento
industrial, la consistencia económica de una familia, la
organización de un plan de vida y el cumplimiento de las
tareas necesarias para alcanzar las metas dentro de ese plan de
vida.

En esas consideraciones debe haber un manejo del riesgo
que permita administrarlo de tal manera que su ocurrencia no
detenga el decurso natural de las cosas, atomizarlo,
dividiéndolo en partes para administrarlo mejor y a un
costo menor, formando unidades independientes o, finalmente,
transfiriéndolo a una empresa especializada en su
manejo.

En esta última instancia están las
compañías de seguros, nuestros "almacenes de
riesgos" de la comparación.

Son, entonces, las compañías de seguros,
organizaciones especializadas en el manejo de las consecuencias
funestas de una ocurrencia, no deseada aunque pasible de
realizarse.

Ejemplos sobre el tema abundan y aquí vamos a
examinar uno: los seguros de automóviles, en que se
consideran alternativas de distinta naturaleza contra las
consecuencias funestas de un choque, de un vuelco o de un
incendio, considerados como "riesgos propios" de la naturaleza y
uso de un automóvil.

Para los propietarios de automóviles existen
alternativas a la protección de su inversión.
Algunas con exposición total a la pérdida y otras
con eliminación parcial o total de sus
pérdidas.

Entre las primeras la más común en nuestra
realidad es arriesgarse a sufrir las consecuencias de la
ocurrencia de alguno de los riesgos propios. En tal caso la
exposición al riesgo de pérdida de la
inversión resulta cierta. Si el propietario del
automóvil sufriera un choque de pérdida total o
pérdida total constructiva el esfuerzo que haya
significado la compra del automóvil se perderá
irremediablemente, a menos que disponga de otra cifra igual a la
que invirtó para comprarlo y reponer su uso.

Hay medidas que podrían evitar que toda la
pérdida recaiga sobre su economía y tranquilidad,
como por ejemplo incluir a su automóvil dentro de una
flota en la empresa donde trabaja, o de una asociación de
propietarios de automóviles.

Así, cubriendo el riesgo mediante un auto seguro,
se protege de la pérdida.

La generalidad, sin embargo, no ofrece esas alternativas
para evitar las pérdidas; y por ello el drama familiar
ante una pérdida total resulta común.

Cuando se decide asegurar el automóvil con una
empresa de seguros lo que se hace es agregar a la sección
de "Automóviles" del "Almacén de Riesgos" una
unidad más para su cuidado.

En el "almacén", los riesgos están
divididos por ramos y cada uno de ellos recibe el tratamiento de
acuerdo con las consecuencias que podrían derivarse de su
uso, o de su exposición, durante un período dado, a
cambio de una cifra generalmente muy pequeña en
relación con el beneficio a recibir en caso de
pérdida. Ese es, en apretado resumen, el concepto
elemental de una compañía de seguros.

Resulta, por ello, un poco más interesante
preguntarse cómo es que tales organizaciones funcionan y
tienen éxito si lo que hacen es asumir los riesgos que, de
todas maneras, van a desembocar en pérdidas con distinto
tipo de incidencia en las operaciones comerciales de las
aseguradoras.

El concepto elemental debe, en tal caso, analizarse con
un acercamiento en profundidad al manejo que las
compañías de seguros dan a los riesgos, o ramos,
que administran.

Para ello tenemos que referirnos a las técnicas
derivadas de la aplicación de cálculos
matemáticos, actuariales y hasta infinitesimales, en
aplicación de estadísticas y reservas fundadas en
la experiencia de quienes las manejan.

El desarrollo armonioso de las operaciones del seguro ha
requerido a lo largo de siglos de las matemáticas y de sus
utilidades, como pocas otras actividades no científicas lo
han hecho.

Veamos ahora algunos nombres famosos por su
dedicación a las ciencias matemáticas para
descubrir de qué forma sus facultades y descubrimientos
fueron la base que ha servido hasta la actualidad para calcular
las tasas con que las compañías de seguros y
reaseguros cubren los riesgos.

Blaise Pascal (1623-1662), pensador y
matemático francés que confirmó las
investigaciones de Galileo Galilei en su "Tratado del
Triángulo Aritmético", publicado en 1654, cuyo
tronco sustenta el cálculo de probabilidades que fuera
experimentado por el sabio italiano a partir del juego de
dados.

Christiaan Huygens (1629-1695),
matemático, astrónomo y físico
holandés, autor de la teoría de la
ondulación de la luz, publicada en 1678, quien tuvo una
destacada participación en elaborar la teoría de
las matemáticas actuariales.

Gotfried Wilhelm Leibnitz (1646-1716),
filósofo y matemático alemán que
formuló las bases para la ley de los grandes
números cuando se desempeñaba como Director de la
Academia de Ciencias de Berlín, en 1700.

Pierre Simon de Laplace (1749-1827),
astrónomo, físico, matemático
francés, autor de la ley del electromagnetismo y quien
sostuvo por primera vez que el Sol se había formado de una
nebulosa. Estudió las funciones potenciales en su
"Teoría Analítica de las Probabilidades", publicada
en 1812.

Jacques (1667-1748) y Jean (1654-1705)
Bernouilli, matemáticos suizos. El primero
estudió los principios y las aplicaciones del
cálculo de probabilidades, mientras que el segundo
contribuyó al desarrollo del cálculo
exponencial.

Karl Friedrich Gauss (1777-1855), quien
refundó la teoría de la ley de los grandes
números iniciada por Leibnitz y continuada por los
hermanos Bernouilli.

Leonard Euler (1707-1855) matemático suizo
que formuló en 800 tratados la teoría de los
grandes números en la variable compleja del seguro de
vida.

Isaac Newton (1642-1727), el joven judío
que a los veinte años, débil y enfermo,
debió regresar a su pueblo natal, Woolsthorpe, en busca de
descanso y cura desde Londres, donde, en la Feria de Stourbridge,
había comprado el libro "Elementos de Geometría",
escrito por Euclides, 1,800 años antes, cuya lectura lo
obligó a estudiar la Geometría y la
Trigonometría para entenderlo. A los 23 años era
profesor de Matemáticas en la Universidad de Cambridge y a
partir de entonces desarrolló sus cualidades inventando el
cálculo infinitesimal, publicado en sus "Principios
Matemáticos de Filosofía Natural", en 1687, y el
cálculo diferencial en su "Aritmética Universal",
dos años más tarde, con lo que confirmó los
cálculos de relación entre la prima y el riesgo. De
paso, también descubrió la ley del cuadrado inverso
de la Gra-vitación Universal.

Edmund Halley, (el astrónomo que predijo
la llegada del cometa que lleva su nombre) quien publicó
una tabla de mortalidad en su obra Philosophical Transactions,
que tanto ha servido hasta la actualidad para el cálculo
de las rentas vitalicias, como lo sabe cualquier actuario. El
libro fue publicado en 1693 y se basaba en las
estadísticas que se levantaron en 5 años en la
ciudad de Breslau (actual Wroclaw) en Polonia.

VIII. EL CORREDOR
DE SEGUROS

Para referirnos al trabajo del corredor de seguros
debemos nuevamente volver a los inicios de la actividad en la
Inglaterra el siglo XVII, en especial a Londres y al tiempo del
café de Edward Lloyd.

En el siglo XVII no existían
compañías de seguros en Inglaterra y el asegurador
tenía que recorrer distintas instancias antes de completar
el monto a asegurar de un embarque de mercancías, o de una
nave, y regresar donde el capitán, patrón o armador
que lo había contactado, con el contrato de seguros que le
garantizaba la aventura marítima.

Ese trabajo, por cuestiones de tiempo, requería
de contactos con cada asegurador que por entonces eran personas
de solvencia económica y moral suficientes, con fama de
cumplir sus compromisos y conocidos por su ubicación en
sitios fijos dentro de la City.

Cada uno de esos aseguradores asumía una
porción del riesgo que le proponía el intermediario
en razón de conocer las rutas, el barco, el capitán
o el armador de la carga y según el número de
compromisos previos antes de una operación. De esta forma
manejaba los cúmulos de riesgos que podía asumir
con su fortuna.

Una vez producido el siniestro, era el mismo
intermediario quien gestionaba, de cada suscriptor, la cuota de
su compromiso y una vez completada entregaba la suma al
asegurado

El trabajo del intermediario empezó a ser cada
vez más exigente, a medida que crecieron las operaciones
del Seguro debido a la importancia que adquiría el Imperio
y su dominio de los mares, con lo que el intermediario
debió ingeniárselas para ser mucho más
eficiente y al mismo tiempo mucho más rápido en sus
gestiones.

De ahí proviene la denominación de
"corredor de seguros" pues se trataba de "correr" para llenar el
"Slip", que no era otra cosa que el contrato de seguros, impreso
con las condiciones generales, en que un asegurador aceptaba
hacerse cargo de una parte alícuota de un determinado
riesgo, a cambio de una parte de la prima convenida entre el
asegurador y el intermediario, que ponía su cuota de
negociación en representación e interés de
su cliente.

No está muy claro quién empezó a
fijar la tasa a satisfacer para asegurar un embarque o una nave,
aunque hay bastante razón para creer que fuera el
intermediario quien decidía a qué tasa ofrecer el
riesgo; y a quién ofrecérselo puesto que era quien
conocía tanto a quienes requerían de las coberturas
como a quienes podían asumir el riesgo con
garantías de pagar el siniestro en caso de
ocurrencia.

Ese ha sido al papel que le correspondió al
corredor de seguros cuando la actividad aseguradora se
consolidó como el único mecanismo de
garantía para reponer un bien a la misma condición
en que se encontraba antes de la ocurrencia del
siniestro.

Tal como es fácil inferir, el trabajo del
corredor de seguros se ha sofisticado desde aquellos lejanos
tiempos del café de Edward Lloyd y ahora es el resultado
de sus obligaciones con una sociedad que le pone en cada caso una
exigencia mayor.

El avance de la técnica en las distintas
actividades del hombre obliga a estar al día con los
riesgos que ese mismo avance implica, y ése es un papel
que el corredor de seguros debería cumplir con eficiencia
y solvencia moral y técnica. La preparación,
entonces, de quienes dedican sus esfuerzos a mantener en
funcionamiento los engranajes de nuestra sociedad en busca del
progreso requiere de dedicación y estudios
permanentes.

El corredor de seguros moderno no tiene nada que
envidiarle en conocimientos a cualesquiera fueran las
especialidades desarrolladas en el mundo a partir de la
Revolución Industrial; por eso, bajo esos conocimientos,
el manejo de los riesgos de envergadura, como las
catástrofes naturales, los accidentes producidos por el
avance de la industrialización o las pérdidas como
consecuencia de actos de violencia social o política, es
el resultado de la experiencia, dedicación, conocimiento y
solidez moral en la descripción, evaluación,
identificación y cálculo de distintas variables de
pérdida con que el corredor de seguros establece el mejor
programa de protección para su cliente.

IX. EL AUXILIAR
DE SEGUROS

En este estudio deberíamos incluir entre la
categoría de "auxiliares" a todos los actores que
intervienen en una operación de seguros pero, por razones
de la programación del curso, en esta parte nos
limitaremos a examinar el trabajo de especialistas en riesgos
marítimos, examinando, brevemente, el trabajo de otros
auxiliares, también valiosos, sirviendo a los ajustadores
de seguros generales.

Se considera "auxiliar" todo aquello que no es
principal, pero que es necesario para el completo funcionamiento
del conjunto.

Los auxiliares, entonces, adquieren así una
importancia que debe destacarse porque sin ellos parte del
trabajo organizado alrededor de la administración de los
riesgos dejaría vacíos peligrosos sin
cubrir.

Así, con este antecedente, veamos lo que es
un…

AJUSTADOR DE SEGUROS

De acuerdo con la definición internacional el
ajustador es, en realidad un perito; esto es, una persona con
facultades entrenadas, conocimientos teóricos y
prácticos sobre una materia, con los que dictamina puntos
concretos sometidos a su criterio.

En el Seguro los peritos/ajustadores intervienen cuando
se presenta el siniestro en un bien asegurado, para informar las
causas productoras del mismo y hacer una valorización de
los daños ocasionados por la ocurrencia. Su trabajo
incluye la investigación del siniestro y la emisión
de un análisis, estudio o informe del perito (ajustador)
al asegurado y a la compañía de seguros.

Ese informe se conoce en nuestro medio como "Convenio de
Ajuste" mientras que en otros lugares, en España, por
ejemplo, se conoce como "peritación".

Las principales obligaciones del ajustador están
centradas en establecer las condiciones en que se contrató
el seguro y el valor de cada una de las declaraciones que
formaron parte de la solicitud original. En ese sentido, por
ejemplo, debe establecer si hubo o no infraseguro, o suma
asegurada insuficiente, y si las garantías ofrecidas por
el asegurado previamente a la aceptación del riesgo han
sido cumplidas.

Otra igualmente importante función del ajustador
de seguros es recomendar a la compañía de seguros
la formación de una reserva monetaria para hacer frente a
la indemnización una vez concluido el proceso de
ajuste.

El trabajo del ajustador en nuestro medio se desarrolla
un poco lejos de las costumbres de otros mercados.

Aquí el ajustador es nombrado por la
compañía de seguros en su mayor parte, aunque
algunas veces se cede al asegurado una lista de los ajustadores
que, según la aseguradora, tienen su confianza. El
asegurado, entonces, resulta de esta forma conducido a decidir la
entrega del estudio de su siniestro a un ajustador que -aunque no
conozca- tiene las seguridades de decidir según un
código de conducta impuesto por el asegurador.

En su trabajo, el ajustador de seguros está
facultado para contratar a otros profesionales en razón de
especialidades o conocimientos técnicos
específicos, a quienes encarga una parte o todo el trabajo
de determinación de las causas de un siniestro.

Esta práctica es común por ejemplo en
siniestros de riesgos de ingeniería en los que intervienen
factores determinantes de fallas que originan siniestros no
siempre advertidos al momento de asegurarlos por cuestiones de
tecnología, fabricación, materiales,
funcionamientos, etc.

En tales casos los costos de los servicios de esos
especialistas son cubiertos por los reaseguradores extranjeros
cuando la cuantía de las indemnizaciones alcanza cotas por
encima de las comunes de manejo dentro de las capacidades del
asegurador directo.

En el caso de los ajustadores de riesgos
marítimos el proceso sigue el mismo camino; esto quiere
decir que las facultades de un ajustador de riesgos generales y
otro de riesgos marítimos tienen similitudes saltantes,
aunque los procedimientos se distingan entre sí por
cuestiones propias de los riesgos en que aplican sus
conocimientos, con la lógica que es de esperar y
entender.

EL PREVENTOR DE PÉRDIDAS

Es el encargado de revisar la mercadería desde el
momento en que llega al puerto de desembarco, seguir la ruta del
desaduanaje hasta los almacenes del cliente o de la misma aduana
y evitar que se produzcan pérdidas durante el proceso, con
medidas que él conoce y está autorizado a poner en
práctica, de común acuerdo con las autoridades a
bordo del buque como de las del resguardo.

Emite un informe a su principal, generalmente al
ajustador de seguros marítimos, quien lo analiza y
determina si las medidas han sido suficientes para evitar la
pérdida u ordena nuevas medidas para conseguir el mismo
fin.

Aunque no son comunes en nuestro medio, algunos
países también tienen preventores de
pérdidas para riesgos generales, con los que cubren las
eventualidades de alteración de las condiciones en que el
asegurador asume el riesgo por decisiones equivocadas del
asegurado o sobreestimación de sus derechos respecto del
seguro.

EL INSPECTOR DE AVERÍAS

Como el antecesor en esta relación de auxiliares,
el Inspector de Averías trabaja generalmente para el
ajustador de seguros marítimos.

Se encarga de establecer los daños sufridos por
la mercadería asegurada en las bodegas del barco, en los
contenedores en que viaja o en los almacenes de depósito o
del cliente.

Como en el caso anterior su informe de daños le
sirve al ajustador para hacer el análisis del riesgo
corrido y del siniestro producido.

En el caso de los seguros de cascos, el trabajo del
Inspector de Averías resulta fundamental porque se
requiere de una especialización en reconocer fallas y
defectos afectando la estructura de la nave o de la maquinaria y
arboladura que requiere para la travesía por
mar.

El trabajo del Inspector de Averías debe recurrir
a instancias de alta especialización si, por ejemplo,
detecta una alteración en la estructura atómica de
partes de la maquinaria de un buque.

La recurrencia a laboratorios especializados y a la
opinión de científicos dedicados a establecer el
origen de tales fallas es común entre quienes se dedican a
la profesión.

X. EL CORREDOR DE
REASEGUROS

En la parte concerniente al Reasegurador hemos
examinado, de forma general, los distintos tipos de contratos de
reaseguros que pueden conseguirse en el mercado
internacional.

Ahora veremos quién es el encargado de establecer
el tipo de contrato de reaseguros que la cedente, es decir su
cliente, requiere para respaldar sus operaciones. Ese profesional
es el corredor de reaseguros.

En tal condición el trabajo del corretaje de
reaseguros está basado en los mismos principios que debe
cumplir su colega del riesgo suscrito; esto es, debe identificar
las necesidades de su cliente posible o habitual, ofrecerle un
producto capaz de garantizarle un servicio eficiente, a un precio
conveniente, y dentro de un plazo mínimo para
él.

Manejar una agencia de corretaje de reaseguros tiene
exigencias que deben cumplirse en ambos lados del mercado. En el
local y en el internacional. Es requisito indispensable a cumplir
el conocimiento de ambos mercados y de las necesidades que deban
cumplirse con su intervención.

La diversidad de situaciones a que conduce una sola
póliza se multiplica por cada una de las que compone una
cartera, sólo que en aplicación de la ley de los
grandes números la manera cómo afecta la severidad
de la pérdida está en directa proporción con
el cálculo de Pérdida Máxima Posible (PML en
Inglés) o Pérdida Máxima
Probable.

DEFINICIONES VALIDAS PARA ENTENDER EL TRABAJO DE
IDENTIFICACIÓN DE LOS RIESGOS

La acción de prevenir es consecuencia de la de
prever.

La diferencia es conceptual y de semántica para
muchos pero es de vital importancia para los aseguradores, porque
ambas actitudes obedecen a condiciones y decisiones que se deben
asumir cuando se analiza una situación en que existe la
posibilidad de perder. Así lo primero que cualquiera hace
ante esa posibilidad es calcular si va a perder o no.

Como ejemplo examinemos la posibilidad de pérdida
en una instalación industrial para fabricar
papel.

Se trata de instalaciones que no se consiguen en nuestro
mercado y hay que ordenar su fabricación especialmente a
los países que tienen la capacidad y la tecnología
para producir una planta con todos los instrumentos y maquinaria
que esa industria requiere.

Luego hay que colocarla en el lugar elegido para su
funcionamiento, lo que implica el estudio de su transporte y las
facilidades que debe involucrar llevarla desde el sitio donde la
fabrican hasta el sitio donde se volverá a
ensamblar.

Una vez instalada la planta debe ser sometida a pruebas
previas de confirmación de su funcionamiento y, por fin,
una vez completas a satisfacción del vendedor como del
comprador las pruebas, empezará la etapa de
producción de la planta.

Durante todo el proceso hay riesgos que deben afectar a
la adquisición de la planta, su transporte, su
instalación y su funcionamiento. En cada etapa hay que
"prever" cualquier suceso que pudiera alterar el principio de
organización del proceso. Muchos accidentes pueden ocurrir
en la fabricación, transporte, instalación y
pruebas. Dejo a la imaginación de ustedes mencionarlos.
Ese proceso mental de enumerarlos es la actitud "previsora"; esto
es de "pre" ver la posibilidad de accidente y pérdida
consecuente en tiempo y cumplimiento del programa, traducido todo
ello en pérdida económica indeseable.

Leyes relevantes del mercado de
seguros

Ver Art. 7 de la ley 26702 EL ESTADO NO PARTICIPA EN EL
SISTEMA FINANCIERO, que dice a la letra "El Estado no participa
en el sistema financiero nacional salvo las inversiones que posee
en COFIDE como banco de desarrollo de segundo piso, en el Banco
de la Nación, en el Banco Agropecuario y en el Fondo
MIVIVIENDA"

Modificado por la 3era. Disposición Final de la
ley 28670 del 9 de septiembre de 2005.

 

 

Autor:

Eliezer Portal

Partes: 1, 2
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